Inicie mi carrera a los 20 años en lo que hoy es el Hotel Casa Santo Domingo en La Antigua Guatemala, en ese momento eran ruinas de piedra y toneladas de ripio. En total he trabajado en 90 proyectos en 5 países con cientos de colegas, mentores y colaboradores.

Trabajé con mis colegas de la Fundación de Colonial Williamsburg en Monticello, la casa de Thomas Jefferson en Charlottesville (Virginia, 2002), así como también  trabajé con mis estudiantes y colaboradores en la Casa del Café, la casa de Felipe Guzmán en Santa Elena Barillas (Guatemala, 2016). Ambos proyectos igual de relevantes en mi carrera, en ambos aprendí demasiado.

He estado a 30 grados bajo cero congelándome en Ucrania diseñando una exhibición sobre el accidente nuclear de Chernobyl (2006), así como también a 40 grados centígrados muriéndome del calor construyendo un aula de bambú para educación ambiental en Escuintla (Guatemala, 2013).

Anécdota: En mi primer proyecto tenía pelo largo (usaba cola), hoy no tengo pelo (uso sombrero).

Algunas personas viven para trabajar y otras trabajan para vivir. Increíblemente hay otros afortunados que no nos damos cuenta cuando trabajamos por que estamos viviendo con pasión lo que hacemos.

El factor común de todos los proyectos: Trabajo en equipo y muchas risas, miles de carcajadas…

Hoy presentamos la primera fase de un proyecto colaborativo con decenas de personas con las que hecho familia durante los últimos 12 meses. El entorno para recibir este 22 aniversario [1995-2017] no se pudiese haber planificado mejor. No me cabe duda que el Lago de Atitlán es el más bello del mundo.

Sin duda he tenido una carrera extremadamente llena y bendecida. No cabe duda que Dios ha diseñado a la perfección este extraordinario recorrido.